Jesucristo lo libera de las ataduras

1.- Lectura Bíblica:

2.- Versículo para memorizar:

"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. “ (Juan 8: 31, 32 | RV 60)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios:

Lo llamaban el túnel del tiempo. Pero a diferencia de lo que pudiera imaginar, era una casa de tres pisos, con paredes desconchadas, sin puertas ni ventanas, una pintura descolorida que otrora fue azul claro y socavones oscuros.

A ese lugar iban hombres y mujeres a consumir drogas. Y le dieron ese nombre a la vivienda, porque quienes entraban, perdían la noción del tiempo. En medio de alucinaciones, no sabían cuánto había transcurrido, si segundos, minutos, horas, días o semanas.

Literalmente los botaban a la calle cuando no tenían para comprar más sustancias.

“Entrar a ese lugar, era como pisar las mismas puertas del infierno”, me dijo alguien que estuvo inmerso por mucho tiempo en la drogadicción.

Lo irónico es que se ubicaba en una zona céntrica de una ciudad— cuyo nombre me reservo— al que llamaban el Calvario. Y lo digo, porque el verdadero Calvario fue el lugar en el que nuestro amado Dios y Salvador Jesucristo murió por nuestros pecados, nos sanó todas las enfermedades, nos libertó de toda atadura y nos abrió las puertas a una nueva vida.

En cierta ocasión, hablando con líderes religiosos de la época, el maestro dijo:

"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. “ (Juan 8: 31, 32 | RV 60)

Sus palabras fueron contundentes y revelan que solo Él, rompe las cadenas. Conozco infinidad de personas que han salido de las profundidades de la degradación humana en la que sucumbieron como consecuencia de las adicciones. El Señor Jesús los hizo libres.

En aquella intervención, también les dijo:

"De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.  Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.   Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8: 34-26 | RV 60)

Desconozco cuál sea su situación, lo que sí sé es que prendidos de la mano de Cristo, somos libres de cualquier hábito que nos mantenga atados: la inmoralidad, las drogas, la pornografía, el adulterio, la falta de honradez y cuantos hábitos vengan a su memoria, que nos impiden avanzar.

Para ser libre, ábrale las puertas de Su corazón. Prendidos de Su mano, iniciamos el maravilloso viaje hacia el cambio, crecimiento y transformación personal, espiritual y familiar que tanto necesitamos. ¡Hoy es el día para tomar esa decisión!

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿He descubierto a qué tipo de hábitos dañinos estoy atado?

b.- ¿Sigo librando una tremenda batalla con esos hábitos?

c.- ¿He acudido a Dios para ser libre de mis ataduras?

Una meta que me fijo para hoy es someter todos mis hábitos, muchos de ellos destructivos, en manos de Dios.